20 ago 2011

El mejor día de la semana.

Desperté este día con mucho sueño. La alarma del celular sonó a las 09:30. Mis ojos se caían solos, por lo que decidí seguir durmiendo. Despertaba a ratos. Hasta que vi que eran las 10 AM. Me di cuenta que posiblemente llegaría tarde al encuentro con mi amiga, por lo que me levanté y pregunté por si estaba prendido el calefont, la respuesta fue positiva.

No podía salir sin bañarme, parecer un vago fuera de mi casa no es lo mío. Después de media hora salí del baño. Atrasado me encontraba un poco. Prendí el Notebook (No puedo salir sin prenderlo) y revisé Facebook, Twitter y un juego on-line que ocupa mis largos ratos libres. Se acercaban las 11 horas, todavía faltaba vestirme bien y supuestamente dejar mi pieza ordenada. Con la falta de tiempo no hice lo último ni tampoco tomé desayuno. Eran las 11:10 AM y salí corriendo de mi casa. Atrás se quedaba mi mamá preguntándome si había ordenado mi pieza. Me amenazó diciendo que escondería mi Notebook. En un bazar cercano compré unas "Rayitas" ( 2 x $200). Fui caminando hasta el paradero de los colectivos para poder tomar uno rumbo al Metro. Se subió una joven mayor que yo, que conocía del colegio (Solo de vista).

Ya en el Metro solo faltaba que pasara lento el tiempo y que el chofer manejara a toda velocidad. No pasó ninguna de las dos. Me encontraba en la puerta, mirando la hermosa cordillera nevada que tenemos muy cerca. Quería que me llegara algo de sol, tenía un poco de frío.

Eran las 11:39 AM, me encontraba en la estación Vicente Valdés. El horario de llagada a mi destino (Estación Intermodal La Cisterna) era a las 11:30. Mi preocupación aumentaba un poco cada vez que el reloj del teléfono marcaba un minuto más. En la siguiente estación tenía que hacer combinación con la línea 4A. Solo 6 estaciones en 7,7 kilómetros me separaban de encontrarme con mi amiga. No vi el tiempo y solo me fijé el los rayos del sol que atravesaban la ventana.

La inquietud llegó al límite cuando llegué a la estación Intermodal La Cisterna. Es muy grande, mi amiga viajaba por la línea 2, no sabía dónde encontrarla y no tenía su número celular. Empecé a buscar. La línea 2 era mi objetivo, no estaba. Ir a la boletería de la sección Intermodal se convirtió en una meta a seguir. Algo perdido me encontraba. Busqué y busqué. ¿7, 10 minutos?. Hasta que la encontré... las encontré.

El plan, primero que todo, era el siguiente: Encontrarme con la Paz en la estación Intermodal La Cisterna y partir a la casa de la Génesis. Fue una sorpresa encontrarme con ellas dos. Se sorprendieron más aún al verme de pelo corto, primeramente no me habían reconocido.

El viaje hacia la casa de la génesis en micro fue para saber qué habíamos hecho en todo este tiempo. Risas hubieron muchas. Después de algunos minutos de trayecto, nos bajamos y caminamos hacia la casa de mi amiga. Nunca había ido. Ellas dos son compañeras de Universidad y la oportunidad de conocer alguna de sus casas nunca estuvo. Bueno, en la casa de la Génesis se encontraba su querida madre, su hermana y el pequeño Claudito, su hijo. Después de saludar nos pusimos a conversar de la vida, de la Universidad y tampoco faltaron las risas.

La hora del almuerzo también fue bien conversada, ya que salió el tema de la Educación a la mesa, y los padres opinaban positivamente sobre el tema. Anécdotas no faltaron. La tarde también se pasó bien. Ir a comprar allá y acá, conversar, reír, pelar. Todo entre risas. La once, no podía ser menos. A esa hora ya habían llegado algunos integrantes de la familia a la casa. Pan, Palta, Galletas, Pastelitos; todo estaba muy rico, además de ser preparada por nosotros. Las risas fueron las protagonistas a esta hora. Se acercaban las 20 PM y el frío golpeaba al salir al patio. Era hora de despedirse.

La Paz vive en Colina, se demora alrededor de una hora y media para su casa. Eran las 20:30 y ya nos subíamos a la micro de vuelta a la Intermodal. Yo solo con una polera, un sweater y un pañuelo... tenía frío. Dejé a mi amiga en la puerta del vagón del Metro. Yo por la línea 4A y después en la 4, iba en dirección a mi casa.

Un día cargado de muy buenas emociones. Un día que se tiene que volver a repetir. Gracias por leer.